Digamos que pasé tanto tiempo en la oscuridad y vos sos esa luz... que me salvó completamente de ella.
De la soledad, de la angustia, del odio, del dolor, de la frustración, de la tristeza, de la muerte... ¡De tantos sentimientos horribles que vos sabés! Todo eso se ve tan lejano hoy y fue tan sólo hace algunos meses.
Las noches eran tan difíciles para mí. Solas, oscuras, silenciosas... nadie podía ya verme sufrir. Esas sensaciones se apoderaban todas juntas de mí y ni siquiera me dejaban pensar.
Pero cuando me estaba por dar por vencida... algo pasó; cambiándome la vida, dándole un giro rotundo a todo, haciéndome ver, conocer, saber, cosas nuevas. Cosas que nunca creí, que se me hacían estúpidas. Apareciste, demostrándome que todo pasa por algo. ¿Destino? Se me hace raro pensar en su existencia, pero también se me hace raro que todas las cosas que nos pasan, sean de pura casualidad. No, no lo son. Hay una razón, y es para que sigamos viviendo.
Encontré mi más grande distracción y, por primera vez, algo más fuerte que mis miedos. Que no deja que los malos pensamientos, me hagan caer. Ya no me cuesta levantarme, porque tengo la motivación, la razón, para hacerlo. Y ya no me refugio bajo una sonrisa falsa y vacía.
También quiero yo poder hacer que dejés de sufrir, porque más que nadie merecés ser feliz. No creo que haya alguien que no lo merezca, pero vos... das tanto sin esperar nada a cambio, todos los días te levantás y afrontás lo que sea, sos tan diferente a todo y a todos y me hacés tan feliz...
Creeme que no me importa qué pase, si eso hace tu felicidad. Pero no hay nada que desee más, que nuestra tenerla juntos.
Quizá sea muy joven para hablar así, pero, ¿Quién dice cuándo se deben hacer las cosas? Alguien mayor te diría eso, pero con su experiencia y todo, dejaron de entender sobre libertad y amor.
No podría imaginarme una vida sin vos. No puedo ni quiero; todo lo que veo es oscuridad, otra vez, y ya no lo soportaría.
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